Aldo Parola, es mendocino, con orgullo; de General Alvear –aclara-.
Las vueltas de la vida –no hace mucho- lo llevaron hasta Catriel donde trabaja cada día y construye su familia.
Hoy tiene 39 años, esposa y tres hijos y una historia para compartir.
Dedicó algunos años al comercio, también fue viajante, y quizás ahí le tomó el gusto a las rutas y a abrazar el volante con sentimiento.
El nuevo milenio lo golpeó duro como a tantos jóvenes trabajadores argentinos.
Una persona cercana le mencionó la posibilidad de trabajar en el petróleo. Es sacrificado –cuentan- pero se paga bien.
Y arrancó al volante de un camión tanque trasladando cargas líquidas, petróleo o agua, desde los pozos hasta la bateria Catriel oeste.
El 22 de mayo de 2008 aparece claro en la memoria de Aldo, una marca imborrable en el calendario. Día franco, de descanso, día de familia y amigos.
El habitual partido de pelota paleta tuvo un final inesperado y abrupto Aldo se descompone y convulsiona.
Los médicos diagnostican un tumor cerebral gigante, en el hemisferio derecho “los síntomas son causados por la inflamación y por la formación de líquido alrededor del tumor a esto se le llama edema” explican los médicos a la familia.
La cirugía es el tratamiento recomendado. No hay tiempo.
A Aldo le extirpan su tumor cerebral, el neurocirujano hace una craneotomía el 4 de junio de 2008.
La mano izquierda de Aldo esta inmóvil, su pierna también está afectada.
El hemisferio derecho controla los músculos del lado izquierdo del cuerpo que han quedado afectados por la operación.
Los especialistas recomiendan una nueva intervención quirúrgica.
“Fue ahí donde me quebré psicológicamente” relata Aldo, la angustia, los hijos y la familia todo te pasa por la cabeza, es muy complicado y por momentos te dan ganas de decir hasta acá…”
“Gracias a dios aparece la familia, compañeros de la empresa y gente del sindicato, todos me dieron apoyo; dale que vas a salir me decían “.
Mi operación exigió instrumental preciso y muy caro y en esas circunstancias uno esta diezmado no tiene fuerzas para luchar contra la burocracia” asegura .
“El sindicato me solucionó todo, traslado, operación, todo, no me lo dejes desamparado le advirtieron a la empresa”.
Aldo superó con éxito la segunda intervención quirúrgica en el Hospital Lagomaggiore de Mendoza.
El neurocirujano José Maria Coloma le dio el alta el 21 de enero de este año “justo para renovar mi carnet de cargas generales y peligrosas” dice entusiasmado el camionero que apura su relato y se disculpa ante el periodista. Son las 17.30 afuera está la combi que lo llevará “al campo” es hora de trabajar, de tomar el volante y maniobrar seguro.
En casa la mujer y los chicos saludan.
“Será otra larga jornada”dice, “es una profesión muy respetable, el sindicato nos enseña a darle respeto al trabajo que tenemos”
Mañana Aldo tiene franco. Ahí estarán esperando la familia, los amigos y la pelota paleta.
historias de Vida – Aldo Parola
Posted by admin on May 9th, 2009