El 1° de mayo se conmemora en muchos países el “Día Internacional del Trabajador”. Pero no en Estados Unidos, que es donde se genera el conflicto en defensa de las 8 horas de trabajo.
El lema de muchos países era “ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para la casa”. En esa época era usual que la jornada laboral fuera de 12 y 16 horas diarias. A veces, según la legislación estadounidense podía llegar a 18 horas.
Trabajadores de la ciudad de Chicago iniciaron una huelga el 1º de mayo. Comenzó con una manifestación de más de 80 mil trabajadores. Luego, el conflicto se fue extendiendo a otras ciudades de Estados Unidos; hasta que más de 400 mil obreros en 5000 huelgas simultáneas entraron en paro.
En Chicago, las movilizaciones continuaron el 2 y 3 de mayo, con violentos enfrentamientos entre los huelguistas y la policía. El punto culminante se produjo el 4 en la plaza Haymarket.
El 21 de junio de 1886 comenzó el juicio a un grupo de obreros acusados de haber sido los promotores del conflicto de Haymarket. Todos fueron condenados: dos a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados, y cinco a la muerte en la horca.
Estos sindicalistas, provenientes de sectores anarquistas, pasaron a ser conocidos como los “Mártires de Chicago”. Después de los juicios, las empresas comenzaron -de manera gruadual- a aceptar la jornada de 8 horas.