Los récords de desempleo de algunos de los países de la Unión Europea, como España (22,9 %), Grecia (19,2 %) y Portugal (13,6 %), contrastan con los niveles de Brasil (6 %), Uruguay (6,2 %) o Chile (6,6%), donde falta mano de obra, sobre todo cualificada, en ciertos sectores y donde el “pleno empleo” ya no es el principal incoveniente, pese a la informalidad y a la precariedad laboral. Motivo por el cual, la región se constituye en una oportunidad para profesionales en relación con Europa y los Estados Unidos (EEUU).
Brasil necesita unos 1,9 millones de profesionales cualificados en todos los sectores industriales, y el gobierno ya se plantea flexibilizar la concesión de visados a extranjeros para cubrir el déficit.
El gobierno de Uruguay, donde según el presidente José Mujica hay “una falta notoria de mano de obra calificada” en varios sectores, estudia medidas similares a Brasil y además se propone incentivar el retorno de uruguayos del exterior para cubrir parte de los 25 mil nuevos empleos que se prevé crear este año.
En Chile hay déficit de mano de obra en la minería, la construcción y agricultura, y en los dos primeros sectores no solo se necesitan obreros sino profesionales cualificados, explicó a la agencia de noticias EFE, el subsecretario del Trabajo, Bruno Baranda. En los próximos 5 años, Chile necesitará cubrir 44 mil puestos más en la minería, mientras que en la agricultura, la demanda insatisfecha asciende a 38 mil puestos de trabajo, agregó.
En Argentina en el cuarto trimestre de 2011 se registró una tasa de desempleo del 6,7 %, la más baja desde 1991, y también hay una demanda insatisfecha de trabajadores cualificados en varios sectores, de acuerdo con un informe de la consultora Ecolatina.
Panamá, en cambio, se puede considerar una economía con “pleno empleo”, pues el índice de desempleados fue de solo el 4,5% en 2011, a juicio del ministro de Economía, Frank de Lima, quien cree que ahora el reto de su país es generar mano de obra cualificada”.
Se estima que un tercio del empleo en Panamá corresponde al llamado sector informal, en el que los trabajadores carecen de protección social y derechos laborales, el punto flaco de la actual bonanza económica y laboral en América Latina.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca del 50% de los trabajadores de América Latina y el Caribe, unos 93 millones de personas, está en condiciones de informalidad laboral.