El 13 de Julio se celebra el Día del Trabajador de la Electricidad.
La fecha no es arbitraria: el 13 de Julio de 1948, 29 sindicatos de Luz y Fuerza de todo el país fundaron la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza y el 13 de Julio de 1949 se firmó el primer Convenio Colectivo de Trabajo nacional, que se destacó por el alcance de sus conquistas sociales y laborales.
Ya en ese momento, Luz y Fuerza aparecía como una organización muy poderosa dentro del Movimiento Obrero.
Cuando se rememora cómo se construyó Luz y Fuerza a nivel nacional, es imposible no admirar lo que los lucifuercistas lograron en pocos años, con un enorme esfuerzo y una gran conciencia sindical y social, pero también con claridad política.
Basta tener en cuenta que en 1943, solamente cinco años antes, en la Argentina existían solamente dos sindicatos de Luz y Fuerza: el de Tucumán, fundado en 1919, y el de Rosario, que se había constituido en 1928.
En esa época las empresas de energía estaban en manos de grandes compañías extranjeras (inglesas y norteamericanas). No había prácticamente leyes sociales, los convenios colectivos eran desconocidos y los trabajadores estaban sujetos a la total arbitrariedad de los patrones.
La Justicia Social no existía y sostener un sindicato era un desafío. Pero la experiencia de estos primeros luchadores, sería valiosísima cuando las circunstancias históricas permitieron un rápido crecimiento de las organizaciones de trabajadores, más aun, cuando los sindicatos pasaron a ser actores fundamentales de la vida política.
Un giro de la historia argentina
Cuando en 1943 el coronel Juan Domingo Perón asumió la Secretaría de Trabajo y Previsión del gobierno que había puesto fin a la década infame, se dio esa coyuntura que cambiaría la historia, no sólo del sindicalismo, sino del país. Se comenzó a hacer respetar la escasa legislación laboral y social existente y sobre todo se sancionaron numerosas leyes nuevas. En esos años se colocaron los cimientos de todo lo esencial de la legislación laboral y social argentina, vigente aun hoy.
Paralelamente, la propia Secretaría de Trabajo y Previsión dio un impulso decisivo a la organización de los trabajadores y en todo el territorio nacional comenzaron a fundarse nuevos sindicatos en todas las ramas de actividad; este proceso se aceleró cuando Perón asumió como presidente en 1946.
Un nuevo movimiento obrero
El movimiento obrero se conformó no solamente con un fuerte contenido reivindicativo, sino también con un profundo sentido político nacional, con la conciencia de que para defender esas conquistas, era ineludible la participación de los trabajadores en la vida política desde sus propias organizaciones sindicales. Desde entonces, el Movimiento Obrero Organizado fue el puntal central del proyecto nacional y popular del pueblo argentino. No sólo se reivindicaron las conquistas laborales y sociales, sino también toda una concepción política que determinó, por ejemplo, la estatización de los servicios públicos, la decisión de declarar a los recursos energéticos como propiedad intransferible del Estado Nacional (tal como se consignó en la Constitución de 1949), en síntesis, asignar al Estado un rol decisivo en la dirección de la política económica y social.Un capítulo esencial fue la nacionalización de todas las compañías de energía y en este marco, la creación de nuestra EPEC