Superando las estimaciones iniciales, más de 1200 personas de Río Negro y Neuquén se acreditaron en el Congreso Educativo que se inició esta mañana en General Roca con un emotivo homenaje a los docentes detenidos, asesinados durante la última dictadura militar y miembros de CTERA. También se recordó a dirigentes locales, Daniel Gómez, Secretario General de UnTER desde 1992 – 2001, Carlos Fuentealba -docente neuquino asesinado por la policía durante una manifestación y Pascual Mosca, dirigente que perdió la vida en un accidente de tránsito.
El Secretario General de UnTER, Marcelo Nervi, expresó que “el congreso, organizado por las escuelas de formación Rodolfo Walsh de UnTER y Carlos Fuentealba de ATEN, tiene como objetivo generar el debate para la construcción de una sociedad que merecemos todos”. “En los talleres, por ejemplo, se trabajará sobre el Diseño Curricular, que implica discutiur la educación que demanda la sociedad, una escuela que sea posible de construir” puntualizó.
“La intención, dijo Nervi, es pensar, accionar” e invitó a ser parte de una nueva construcción política y de relación de fuerza que genere cambios beneficiosos para los trabajadores. Instó a profundizar el debate, articular con la comunidad y reconstruir el tejido social y una educación pluralista y divergente.
La UnTER, comentó Nervi, “ha marcado coherencia y posicionamiento con respecto a la distribución y concentración de la riqueza, la democratización de los medios de comunicación, por eso estos temas también se trabajarán en los talleres”.
Marcelo Guagliardo, Secretario General de ATEN, expresó su satisfacción por el congreso e hizo una reseña del conflicto docente en Neuquén, donde expresó “la discusión sobre la educación pública es política. La concepción que tiene el gobierno y los trabajadores es diferente”.
El Decreto del Gobernador Sapag que declarara a la educación un servicio público esencial, llegó, a través de algunos diputados, a la legislatura para que se convierta en ley. El objetivo, señaló Guagliardo “es disciplinar y reglamentar el derecho a huelga”.
El espíritu del Decreto oficial deja entrever que desde el gobierno nuequino conciben a la escuela como una guardería, con guardias mínimas, donde se puede funcionar en el nivel primario con el cincuenta por ciento del personal, ejemplificó el dirigente. Esta idea tiene, según Guagliardo, “un riesgoso asentamiento en diferentes sectores de la sociedad”.
Es imperioso elaborar una estrategia para debatir esta concepción, porque continuó “la educación es un derecho, no un servicio y es deber del Estado ganatizarla”. Dejó en claro que “somos los trabajadores los que no queremos perder un día de clase” y que se persigue un salario digno y escuelas en condiciones.
Se refirió a la escuela de formación Carlos Fuentealba, como un espacio para “construir con memoria, verdad y justicia, formar ciudadanía sobre la verdad, libre de toda atadura y de toda impunidad”, y reafirmó “libre de impunidad, plena de justicia y de memoria”.