Un compás de espera hasta la tarde de hoy se abrió en el conflicto entre el ejecutivo y los trabajadores municipales encadenados en el hall principal del edificio.
Momentos de tensión y nerviosismo se vivieron esta mañana cuando llegó la orden de desalojo impartida por el juez Torres que se sumó a una fuerte presencia policial.
A medida que pasaban las horas la incertidumbre crecia y se esperaba que sobre el mediodía venciera el plazo dado por la justicia para el abandono del inmueble.
La situación se descomprimió cuando el titular del Juzgado de Instrucción 8, Juan Torres, arribó al municipio para dialogar con el intendente Carlos Soria.
Daniel Villanueva y Julio Carrizo, los empleados municipales encadenados a dos columnas desde ayer, continuaron con la medida a la espera de una “charla con el juez”.
Trabajadores y dirigentes del gremio estatal ATE siguieron las alternativas desde el exterior, pues las puertas de la municipalidad permanecieron cerradas bajo el llamativo argumento oficial de “migración el nuevo sistema informático municipal”. Al igual que ayer, no hubo atención al público.
Los empleados tomaron la decisión de encadenarse, luego de una reunión con funcionarios municipales que les expresaron que “no hay capacidad presupuestaria ni financiera” para un aumento salarial.
Si bien esta vigente un acuerdo salarial que se terminará de consumar en diciembre, los municipales aseguran que muchos “compañeros están por debajo del salario mínimo, vital y móvil y en situación crítica”.