Este 7 de junio se celebra el día del periodista, la fecha fue establecida en 1938 por el Primer Congreso Nacional de Periodistas que se realizó en Córdoba, y que decidió eternizar al primer medio de prensa con ideas patrióticas; La “Gazeta de Buenos Ayres” de Mariano Moreno.
Moreno publicaba todas las semanas largas y detalladas notas políticas. Publicó un decreto de libertad de prensa según el cual podría expresarse cualquier cuestión que no ofendiera la moral pública, ni atacara a la Revolución ni al gobierno.
Desde entonces; hay un escenario distinto, la sociedad presencia, aunque por momentos adquiere niveles activos de participación, la resignificación de contenidos. ¿Qué significa verdaderamente “Ser” periodista?. Después de muchos años con el concepto lacrado ha llegado el momento de dotar de contenido al significante. La realidad desnudó –puja de intereses mediante- la posición de grupos multimediales de no ceder un preponderante espacio de poder histórico ocupado. Un espacio inmune a alternativas de vida tan disímiles como las que devienen de la dictadura y sus crueles métodos de coerción y abuso de poder o de un sistema democrático con todos sus bemoles y alternativas posibles.
Se debilita el concepto que posiciona al periodista como el garante de la libertad de expresión. También flaquea el lugar pseudoheróico que algunos comunicadores se han adjudicado, y pierde fuerza la ola de “victimización y persecución” que –aún en sus manifestaciones más repudiables- no se asemeja a planes de acción sistemáticos que si se practicaron en la Argentina, lo que convierte a esas denuncias en –al menos- exageradas.
Hoy asistimos a un corrimiento del velo, si la ciudadanía duda con recurrencia sobre el concepto de manual de “periodismo objetivo”, si el repliegue hacia nuevas alternativas de comunicación -la Web 3.0 va a tener un rol clave- permite sortear el bloqueo informativo que imponen los grupos; si no sirve a los intereses, no se publica y si no se publica no existe; el ámbito no es el mismo de antaño. Con todo, en cada rincón del país, este 7 de junio será una jornada de festejo, por ejercer una profesión que apasiona pero que ya ha cumplido la mayoría de edad y –por ende- debe ser responsable de sus actos.