La Dirección Nacional de Investigaciones y Análisis Fiscal detectó que, a partir del régimen de regularización, se incorporaron 276 mil trabajadores, lo cual compensa la destrucción de puestos de trabajo ocasionada por la crisis internacional. El cambio en la estructura recaudadora dio sus frutos.
Sobre la base de las estadísticas de la AFIP, tomadas a partir del régimen de regularización del empleo no registrado que expiró el 28 de enero, la Dirección Nacional de Investigaciones y Análisis Fiscal contabilizó respecto de los registros mínimos del primer trimestre de 2009, un salto de 276.000 nuevos empleos formales, de los cuales 196 mil fueron asalariados y 80 mil trabajadores independientes.
En sólo tres meses se crearon 122.000 puestos netos, de los cuales 109.000 fueron trabajadores en relación de dependencia y sólo 13.000 en carácter de autónomo y monotributista.
Junto con la tonificación de la actividad productiva y comercial, la regularización contribuyó a que el repunte de nuevos empleos registrados fuera en total del 1,66 % (1,84% efectivos y 0,93% aportantes individuales).
Este comportamiento positivo del trabajo en blanco permitió reducir a su mínima expresión la destrucción neta de puestos en comparación con los niveles de cierre de 2008: apenas 28.000 empleos.
Sin embargo, se percibieron dos movimientos diferentes en su estructura: las posiciones asalariadas bajaron en 96.000 y se elevaron en 68.000 la de trabajadores independientes.

Resultado positivo para la Anses

El informe trimestral de la Dirección Nacional de Investigaciones y Análisis Fiscal sostiene que “la recaudación por estos conceptos se elevó 48,1% con relación a la de 2008, siendo la que registró el mayor crecimiento en términos del PBI -1,8 puntos porcentuales-, al pasar de 5,09% a 6,88%”.
Agrega el parte que “también aumentó significativamente su participación en el total de recursos tributarios, alcanzando en 2009 la máxima proporción durante la última década, con 25,1 %”.
Explican, principalmente, esta fuerte variación los cambios introducidos en la legislación del Sistema de Seguridad Social -entre los cuales se destacan la eliminación del régimen de capitalización y las modificaciones de las bases imponibles de determinados subsistemas- y, en menor medida, la suba de la remuneración imponible y por los mayores ingresos provenientes de los regímenes de facilidades de pago.
Hubo respecto del año anterior un salto en la contribución a la recaudación global de 5,8 puntos porcentuales, en su gran mayoría correspondientes a los trabajadores y mínimamente a los empleadores.
Fue el resultado de haberse restituido los aportes sobre la nómina salarial de 5 a 11% para aquellos trabajadores que estaban afiliados al régimen de AFJP y, en mucho menor medida, por la suba de los mínimos no imponibles y la eliminación de los tickets canasta, que tenían un carácter “no remunerativo”,